Amor y biología


En Guatemala, en Tikal, se erige un templo construido por el rey sol de la civilización de los mayas. El rey llamado Hasaw Cha An  Kawill fue enterrado bajo este templo. Las inscripciones mayas dicen que estaba profundamente enamorado de su esposa. Por eso mandó construir otro templo en frente del suyo en honor a su mujer.  Cada otoño y primavera, en el equinoccio, el sol sale tras el templo del rey y baña con su sombra el de ella, y al atardecer el templo de ella baña el de él. Así 1300 años después los dos enamorados siguen juntos, estrechando sus manos dos veces al año.


El amor un tema tan recurrente en las películas, en canciones, en libros… Es algo que todos tenemos muy presente en nuestras cabezas, que nos quita el sueño, que nos hace saltar de alegría, volar, que también nos rompe y nos parte el corazón… Y es que a pesar de ser un “trending topic” eterno seguimos teniendo problemas para definirlo.

Desde el punto de vista biológico suceden diversos procesos en nuestro cerebro cuando nos enamoramos. La reconocida neurobióloga Helen Fisher experta en este campo, realizó la siguiente investigación. Observó que en las personas enamoradas se activaban determinadas áreas del cerebro y se liberan algunas hormonas concretas. Algunas de estas áreas son las mismas que se activan por el efecto de la cocaína. También vieron que aquellas personas que estaban enamoradas y habían sido rechazadas  tenían esas áreas del cerebro activadas. Lo que no ayuda a pasar página. Por último analizaron la actividad cerebral de personas que llevaban de 10 a 25 años juntas y decían que estaban enamoradas. Parece que no mentían ya que vieron las mismas áreas asociadas al amor romántico activadas.

En general la mayoría de las personas aspiran a este último caso “Un amor para toda la vida”. Al fin y al cabo es lo que muestran la mayoría de películas infantiles. Sin embargo; muchas veces termina en fracaso ya sea por no ser correspondido o por discusiones que terminan en rupturas. La gran mayoría de personas han sufrido por amor. Durante un tiempo puede resultar inevitable no pensar en la otra persona y es que el amor es una de las sustancias más adictivas de la Tierra.  Pero yo creo que del amor y del “fracaso” amoroso se puede aprender.

Todos parecemos sedientos de amor pero tenemos que aprender a amar. Erich Fromm dice que hemos de tomar conciencia de que amar es un arte tal como es un arte vivir. Y como cualquier arte ha de ser aprendido y puesto en práctica.  El amor está en la naturaleza humana, es inherente a la persona y tiene diversas formas: amor romántico, maternal, fraternal, propio… todos ellos igualmente importantes.

Amar es un arte

Otro componente de las relaciones amorosas (románticas) es el sexo. Un tema tan polémico como controvertido. Estudios científicos afirman que cuando estamos enamorados se segrega dopamina sustancia responsable del deseo sexual. Por tanto biológicamente el sexo tiene cabida en las relaciones amorosas. Pienso que es un componente de cierta importancia dentro de estas relaciones. De hecho otra de las formas que usamos para decir sexo es hacer el amor. El sexo y el amor son complementarios pero puede existir uno sin el otro y cada persona es libre de elegir lo que le parezca más conveniente.

Como conclusión creo que el amor es  algo tan incomprensible como necesario, creo que nos hace mejores personas y que tiene múltiples formas. Una de ellas el amor romántico incluye un componente sexual. También pienso que tenemos que aprender a amar pues el amor es el gran valor de los seres humanos. Quiero terminar con esta frase de Erich Fromm: “La paradoja del amor es ser uno mismo sin dejar de ser dos”

Interesante vídeo de la neurobióloga Helen Fisher sobre el amor.



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